Hasta ahora, muchos arquitectos habían recurrido a construcciones en vertical para solucionar los problemas de espacio en las grandes ciudades. Construcciones cada vez más altas e independientes en cuanto a recursos. Pero ahora, en México, el concepto ha dado un giro de exactamente 180º, los 'rascasuelos' ofrecen las mismas posibilidades que un rascacielos, pero hacia abajo.
El proyecto no sólo pretender innovar en la posición subterránea de la edificación, sino que además quiere hacerlo por la puerta grande, bajo la plaza de El Zócalo, con la enorme bandera mexicana 'mirando' desde arriba.
La idea la ha dado a conocer Esteban Suárez, director general de 'Bunker Arquitectura'. Por su cabeza ronda una construcción en forma cónica, de 300 metros de profundidad y 65 pisos, capaz de dar cabida a más de 100.000 personas. Las previsiones son de cinco años para la construcción y 555 millones de euros en inversión.
En ella, las diez primeras plantas se aprovecharían para el paso del metro, museos y un centro cultural con los supuestos hallazgos arqueológicos que habría bajo la plaza, de la antigua Tenochitlán, y como homenaje al pueblo azteca. A continuación habría un centro comercial y una zona residencial con apartamentos, dejando para la parte más baja las oficinas. La luz natural llegaría a través de fibra óptica y desde la superficie gracias al gran espacio central que se proyecta.
El Zócalo
La elección de un lugar tan singular para la construcción la justifican sus creadores, por la necesidad que tiene el centro histórico de una renovación, con nuevas oficinas, espacios residenciales, etc. Al no existir terrenos vacíos actualmente, y con la imposibilidad por parte de Patrimonio de alcanzar altura más allá de los ocho pisos, creen que se trata de la solución idónea.
En cuanto a la forma de construcción, una pirámide invertida, el jefe de diseño de 'Bunker Arquitectura', Emelio Barjau, explica que "con este sistema de construcción todos los muros laterales son de contención para sujetar mejor el empuje lateral de miles de toneladas de carga".
Quizás este proyecto nunca se lleve a cabo, por lo arriesgado del diseño y sobre todo el emplazamiento, pero puede que se trate de una semilla para el futuro de las nuevas construcciónes.
El proyecto no sólo pretender innovar en la posición subterránea de la edificación, sino que además quiere hacerlo por la puerta grande, bajo la plaza de El Zócalo, con la enorme bandera mexicana 'mirando' desde arriba.
La idea la ha dado a conocer Esteban Suárez, director general de 'Bunker Arquitectura'. Por su cabeza ronda una construcción en forma cónica, de 300 metros de profundidad y 65 pisos, capaz de dar cabida a más de 100.000 personas. Las previsiones son de cinco años para la construcción y 555 millones de euros en inversión.
En ella, las diez primeras plantas se aprovecharían para el paso del metro, museos y un centro cultural con los supuestos hallazgos arqueológicos que habría bajo la plaza, de la antigua Tenochitlán, y como homenaje al pueblo azteca. A continuación habría un centro comercial y una zona residencial con apartamentos, dejando para la parte más baja las oficinas. La luz natural llegaría a través de fibra óptica y desde la superficie gracias al gran espacio central que se proyecta.
El Zócalo
La elección de un lugar tan singular para la construcción la justifican sus creadores, por la necesidad que tiene el centro histórico de una renovación, con nuevas oficinas, espacios residenciales, etc. Al no existir terrenos vacíos actualmente, y con la imposibilidad por parte de Patrimonio de alcanzar altura más allá de los ocho pisos, creen que se trata de la solución idónea.
En cuanto a la forma de construcción, una pirámide invertida, el jefe de diseño de 'Bunker Arquitectura', Emelio Barjau, explica que "con este sistema de construcción todos los muros laterales son de contención para sujetar mejor el empuje lateral de miles de toneladas de carga".
Quizás este proyecto nunca se lleve a cabo, por lo arriesgado del diseño y sobre todo el emplazamiento, pero puede que se trate de una semilla para el futuro de las nuevas construcciónes.
Fuente: Parasaber.
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